2:1 Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús. 2:2 Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos. 2:3 Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino. 2:4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. 2:5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.Genesis 41. 55 2:6 Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros. 2:7 Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. 2:8 Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron. 2:9 Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo, 2:10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora. 2:11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él. 2:12 Después de esto descendieron a Capernaum,Mateo 4. 13 él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días.
4:23 Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Jesús sana a un leproso (Mr. 1. 40-45; Lc. 5. 12-16) é 8:1 Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente. 8:2 Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. 8:3 Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció. 8:4 Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés,Levitico 14. 1-32 para testimonio a ellos.
Jesús sana al siervo de un centurión (Lc. 7. 1-10)
8:5 Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole, 8:6 y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado. 8:7 Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré. 8:8 Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente dí la palabra, y mi criado sanará. 8:9 Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace. 8:10 Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe. 8:11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos;Lucas 13. 29 8:12 mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.Mateo 22. 13Mateo 25. 30Lucas 13. 28 8:13 Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.
Jesús sana a la suegra de Pedro (Mr. 1. 29-34; Lc. 4. 38-41)
8:14 Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada en cama, con fiebre. 8:15 Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía. 8:16 Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos; 8:17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.Isaias 53. 4
Jesús calma la tempestad (Mr. 4. 35-41; Lc. 8. 22-25)
8:23 Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. 8:24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. 8:25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! 8:26 El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. 8:27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
Los endemoniados gadarenos (Mr. 5. 1-20; Lc. 8. 26-39)
8:28 Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino. 8:29 Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo? 8:30 Estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos. 8:31 Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos. 8:32 El les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas. 8:33 Y los que los apacentaban huyeron, y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había pasado con los endemoniados. 8:34 Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos.
Jesús sana a un paralítico (Mr. 2. 1-12; Lc. 5. 17-26) é 9:1 Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad. 9:2 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. 9:3 Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema. 9:4 Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? 9:5 Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? 9:6 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa. 9:7 Entonces él se levantó y se fue a su casa. 9:8 Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.
La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús (Mr. 5. 21-43; Lc. 8. 40-56)
9:18 Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá. 9:19 Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos. 9:20 Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; 9:21 porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva. 9:22 Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora. 9:23 Al entrar Jesús en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas, y la gente que hacía alboroto, 9:24 les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él. 9:25 Pero cuando la gente había sido echada fuera, entró, y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó. 9:26 Y se difundió la fama de esto por toda aquella tierra.
9:27 Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David! 9:28 Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. 9:29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. 9:30 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa. 9:31 Pero salidos ellos, divulgaron la fama de él por toda aquella tierra.
9:32 Mientras salían ellos, he aquí, le trajeron un mudo, endemoniado. 9:33 Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel. 9:34 Pero los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.Mateo 10. 25Mateo 12. 24Marcos 3. 22Lucas 11. 15
El hombre de la mano seca (Mr. 3. 1-6; Lc. 6. 6-11)
12:9 Pasando de allí, vino a la sinagoga de ellos. 12:10 Y he aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús, para poder acusarle: ¿Es lícito sanar en el día de reposo? 12:11 El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante?Lucas 14. 5 12:12 Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo. 12:13 Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra. 12:14 Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle.
Alimentación de los cinco mil (Mr. 6. 30-44; Lc. 9. 10-17; Jn. 6. 1-14)
14:13 Oyéndolo Jesús, se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado; y cuando la gente lo oyó, le siguió a pie desde las ciudades. 14:14 Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos. 14:15 Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer. 14:16 Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer. 14:17 Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces. 14:18 El les dijo: Traédmelos acá. 14:19 Entonces mandóa la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud. 14:20 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas. 14:21 Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
Jesús anda sobre el mar (Mr. 6. 45-52; Jn. 6. 15-21)
14:22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud. 14:23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo. 14:24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. 14:25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. 14:26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. 14:27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! 14:28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. 14:29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 14:30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! 14:31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? 14:32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento. 14:33 Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.
Jesus convirtio el agua en vino
ResponderBorrar2:1 Al tercer día se hicieron unas bodas en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.
2:2 Y fueron también invitados a las bodas Jesús y sus discípulos.
2:3 Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.
2:4 Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora.
2:5 Su madre dijo a los que servían: Haced todo lo que os dijere.Genesis 41. 55
2:6 Y estaban allí seis tinajas de piedra para agua, conforme al rito de la purificación de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos o tres cántaros.
2:7 Jesús les dijo: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba.
2:8 Entonces les dijo: Sacad ahora, y llevadlo al maestresala. Y se lo llevaron.
2:9 Cuando el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo,
2:10 y le dijo: Todo hombre sirve primero el buen vino, y cuando ya han bebido mucho, entonces el inferior; mas tú has reservado el buen vino hasta ahora.
2:11 Este principio de señales hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
2:12 Después de esto descendieron a Capernaum,Mateo 4. 13 él, su madre, sus hermanos y sus discípulos; y estuvieron allí no muchos días.
SAN MATEO
ResponderBorrar4:23 Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Jesús sana a un leproso
ResponderBorrar(Mr. 1. 40-45; Lc. 5. 12-16)
é
8:1 Cuando descendió Jesús del monte, le seguía mucha gente.
8:2 Y he aquí vino un leproso y se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme.
8:3 Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante su lepra desapareció.
8:4 Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, y presenta la ofrenda que ordenó Moisés,Levitico 14. 1-32 para testimonio a ellos.
MATEO 8:1
Jesús sana al siervo de un centurión
ResponderBorrar(Lc. 7. 1-10)
8:5 Entrando Jesús en Capernaum, vino a él un centurión, rogándole,
8:6 y diciendo: Señor, mi criado está postrado en casa, paralítico, gravemente atormentado.
8:7 Y Jesús le dijo: Yo iré y le sanaré.
8:8 Respondió el centurión y dijo: Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente dí la palabra, y mi criado sanará.
8:9 Porque también yo soy hombre bajo autoridad, y tengo bajo mis órdenes soldados; y digo a éste: Ve, y va; y al otro: Ven, y viene; y a mi siervo: Haz esto, y lo hace.
8:10 Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.
8:11 Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos;Lucas 13. 29
8:12 mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.Mateo 22. 13Mateo 25. 30Lucas 13. 28
8:13 Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella misma hora.
MATEO 8:5
Jesús sana a la suegra de Pedro
ResponderBorrar(Mr. 1. 29-34; Lc. 4. 38-41)
8:14 Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada en cama, con fiebre.
8:15 Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.
8:16 Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos;
8:17 para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.Isaias 53. 4
MATEO 8:14
Jesús calma la tempestad
ResponderBorrar(Mr. 4. 35-41; Lc. 8. 22-25)
8:23 Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron.
8:24 Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.
8:25 Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!
8:26 El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.
8:27 Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
MATEO 8:23
Los endemoniados gadarenos
ResponderBorrar(Mr. 5. 1-20; Lc. 8. 26-39)
8:28 Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.
8:29 Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?
8:30 Estaba paciendo lejos de ellos un hato de muchos cerdos.
8:31 Y los demonios le rogaron diciendo: Si nos echas fuera, permítenos ir a aquel hato de cerdos.
8:32 El les dijo: Id. Y ellos salieron, y se fueron a aquel hato de cerdos; y he aquí, todo el hato de cerdos se precipitó en el mar por un despeñadero, y perecieron en las aguas.
8:33 Y los que los apacentaban huyeron, y viniendo a la ciudad, contaron todas las cosas, y lo que había pasado con los endemoniados.
8:34 Y toda la ciudad salió al encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de sus contornos.
MATEO 8:28
Jesús sana a un paralítico
ResponderBorrar(Mr. 2. 1-12; Lc. 5. 17-26)
é
9:1 Entonces, entrando Jesús en la barca, pasó al otro lado y vino a su ciudad.
9:2 Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama; y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.
9:3 Entonces algunos de los escribas decían dentro de sí: Este blasfema.
9:4 Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?
9:5 Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda?
9:6 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama, y vete a tu casa.
9:7 Entonces él se levantó y se fue a su casa.
9:8 Y la gente, al verlo, se maravilló y glorificó a Dios, que había dado tal potestad a los hombres.
MATEO 9:1
La hija de Jairo, y la mujer que tocó el manto de Jesús
ResponderBorrar(Mr. 5. 21-43; Lc. 8. 40-56)
9:18 Mientras él les decía estas cosas, vino un hombre principal y se postró ante él, diciendo: Mi hija acaba de morir; mas ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.
9:19 Y se levantó Jesús, y le siguió con sus discípulos.
9:20 Y he aquí una mujer enferma de flujo de sangre desde hacía doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;
9:21 porque decía dentro de sí: Si tocare solamente su manto, seré salva.
9:22 Pero Jesús, volviéndose y mirándola, dijo: Ten ánimo, hija; tu fe te ha salvado. Y la mujer fue salva desde aquella hora.
9:23 Al entrar Jesús en la casa del principal, viendo a los que tocaban flautas, y la gente que hacía alboroto,
9:24 les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. Y se burlaban de él.
9:25 Pero cuando la gente había sido echada fuera, entró, y tomó de la mano a la niña, y ella se levantó.
9:26 Y se difundió la fama de esto por toda aquella tierra.
MATEO 9:18
Dos ciegos reciben la vista
ResponderBorrar9:27 Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David!
9:28 Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor.
9:29 Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho.
9:30 Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa.
9:31 Pero salidos ellos, divulgaron la fama de él por toda aquella tierra.
MATEO 9:27
Un mudo habla
ResponderBorrar9:32 Mientras salían ellos, he aquí, le trajeron un mudo, endemoniado.
9:33 Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel.
9:34 Pero los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.Mateo 10. 25Mateo 12. 24Marcos 3. 22Lucas 11. 15
MATEO 9:32
El hombre de la mano seca
ResponderBorrar(Mr. 3. 1-6; Lc. 6. 6-11)
12:9 Pasando de allí, vino a la sinagoga de ellos.
12:10 Y he aquí había allí uno que tenía seca una mano; y preguntaron a Jesús, para poder acusarle:
¿Es lícito sanar en el día de reposo?
12:11 El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros, que tenga una oveja, y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo, no le eche mano, y la levante?Lucas 14. 5
12:12 Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Por consiguiente, es lícito hacer el bien en los días de reposo.
12:13 Entonces dijo a aquel hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada sana como la otra.
12:14 Y salidos los fariseos, tuvieron consejo contra Jesús para destruirle.
MATEO 12 :9
Alimentación de los cinco mil
ResponderBorrar(Mr. 6. 30-44; Lc. 9. 10-17; Jn. 6. 1-14)
14:13 Oyéndolo Jesús, se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado; y cuando la gente lo oyó, le siguió a pie desde las ciudades.
14:14 Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos.
14:15 Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer.
14:16 Jesús les dijo: No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer.
14:17 Y ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes y dos peces.
14:18 El les dijo: Traédmelos acá.
14:19 Entonces mandóa la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los discípulos a la multitud.
14:20 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas.
14:21 Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
MATEO 14:13
Jesús anda sobre el mar
ResponderBorrar(Mr. 6. 45-52; Jn. 6. 15-21)
14:22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud.
14:23 Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.
14:24 Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.
14:25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
14:26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.
14:27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!
14:28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
14:29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
14:30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!
14:31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
14:32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.
14:33 Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.
MATEO 14:22